Notas para una renuncia a la Comunicación II

Este es un post reflexivo. Bien es cierto que yo provengo de los estudios de comunicación, en donde los estudios culturales son el manto teórico que en general nos cobija (al menos en México). Ahora bien, en estos años en España, estudiando Sociología, y ahora en un programa interdisciplinario, me he dado cuenta que la potencia teórica de los estudios culturales es bastante limitada y desgraciadamente poco criticada y analizada (en América Latina al menos). Rubén Blanco, mi “mentor” en España, ha sido fundamental para tener una visión mucho más compleja de la relación entre tecnología, sociedad, cultura (e incluso naturaleza). Apuntalado con otros compas bastante potentes que he conocido, con los que he tomado clases y/o con los que trabajo (Adolfo, Elisenda, Ana, Daniela, Mario, César, etc.) mi visión sobre Internet, mi objeto de estudio y “La Ciencia” ha cambiado. Hace un par de días revisé mi correo y había una invitación a un congreso de estudiantes de comunicación en Cali (al que por cierto fui invitado alguna vez como conferencista pero en Medellín). Yo adoro Colombia y es uno de mis países favoritos, hay gente increíblemente inteligente y de avanzada allá que estudia el mismo campo (Mauricio, Alejandro, Catalina, Laura). Sin embargo, la propuesta del congreso me pareció por demás ingenua y si la critico es sólo por criticarme a mi mismo y a la comunicación que me parece se ha perdido en una especie de limbo protocientífico (y que conste, hablo de mi propia experiencia).

El Marco teórico que proponen para el evento dice:

[Ciberespacio] La actualidad global está inmersa en un espacio de comunicación metafórico, generado a partir de la interconexión mundial de los computadores. Dicho espacio está por ende propiciando una “Cibercultura” o conjunto de técnicas, modos de ser, de hacer, de valorar y de representar, que permiten habitar este espacio intangible. En él se tejen las más impresionantes redes de conexión entre individuos, donde las diferencias culturales y sociales se evaporan y la espacialidad cobra otro sentido. Ese sentido es clave para comprender las transformaciones sociales actuales.

Y continúa:

Estamos viviendo el proceso global de ser un solo espacio, una sola cultura y una sola sociedad: una sociedad esclava de las informaciones.

Me parece una visión muy acorde con los discursos de los 90s pero poco adecuada para la actualidad. Recuerdo que en la facultad leíamos a Armand Mattelart y su pato Donald o a Eco y sus apocalípticos e integrados casi como Biblias. ¡¡¡Nada más 20 años después de su publicación!!!. ¿Es que acaso estamos condenados en las escuelas de comunicación de América Latina a ir siempre por detrás (muy por detrás) de los objetos de estudio y su reflexión de punta?

Los conferencistas serán: Jesús Martín Barbero, Carlos Scolari, Omar Rincón, Hernán Yaguana, Eduardo Villanueva, Ramón Salaverría, Gustavo Cimadevilla. Por supuesto no voy a hablar de ellos ya que a algunos los conozco y respeto su trabajo, espero que con sus charlas puedan colaborar a que los chavos y chavas que se forman en comunicación tengan herramientas más complejas, contextuales y prácticas para el estudio de la “Cibercultura”.