Antes de saber qué pasará conmigo y con este trabajo (del cual ya existe un primer borrador). Pongo aquí la introducción al mismo por si alguien quiere hacer un comentario. La idea es que, una vez que se haya aceptado y defendido, se pueda publicar entero con Creative Commons en algún lado. Por lo pronto, sólo queda esperar Bueno, próximamente aparecerá como libro (con el copyright menos right pero bueno, esa es otra historia) editado por la guoc.
Internet de discursos y metáforas. Introducción.
Cualquier intento por comprender al ciberespacio y la cibercultura debe observar las historias que contamos acerca de este fenómeno. (David Bell, 2001).
Necesitamos ser particularmente críticos al aproximarnos a las herramientas que utilizamos para explorar la cultura de Internet, incluso las palabras que escogemos para emplearlas. (Shawn P.Wilbur, 2000)
El Internet de los ciegos.
Hay un viejo cuento que se enmarca en la tradición budista y que narra cómo, en una ocasión, pasó un rey que montaba un elefante por un pueblo de ciegos. Éstos, emocionados por la visita de tan inesperado animal, le solicitaron al monarca permiso para tocarlo. De esta manera, uno se acercó a una pata, otro a una oreja, uno más le cogió la trompa y, por último, uno se montó en el animal. Tras haber partido el rey y su animal, los ciegos hablaron de lo que era un elefante: el primero lo describió como un tronco rugoso; el segundo lo contradijo diciendo que era más parecido a un tapiz grueso que se contoneaba cuando se le tocaba; el tercero mencionó que, en realidad, el elefante era una especie de serpiente gigante y, por último, el que se había trepado al animal les dijo, contundente, que estaban todos errados, pues el elefante era una pequeña montaña que se movía.
Describir Internet resulta una hazaña similar (incluso en lo infructuoso de la tarea)[1]. Así, Bell (2001) señala que “las formas en las que experimentamos el ciberespacio[2] representan una negociación de elementos materiales y simbólicos, cada uno con distinto peso dependiendo del tipo de experiencia” (p. 7). El punto de partida de este trabajo es, precisamente, la disolución de un único concepto de Internet, que, por otra parte, pareciera ser que nunca existió. Llegado el momento en el que estamos, y ante la evolución y complejización de las tecnologías, los usos y las prácticas, resulta una tarea igual de infructuosa que la de los ciegos intentar elaborar una “Teoría de Internet”[3]. Como ha venido ocurriendo con muchas otras tecnologías desde la revolución industrial, las opiniones y percepciones en torno a Internet han encontrado polarizaciones en variados discursos que responden a intereses distintos. Se podría hablar incluso de discursos tecnofílicos y discursos tecnofóbicos. Así mismo, Internet parece haberse convertido en un metadiscurso para explicar muchas de las actividades y prácticas cotidianas que lo cruzan como dispositivo sociotécnico. Al mismo tiempo, como contraparte, este discurso parece haber generado una cortina de humo que, en algunas ocasiones, ha “nublado” la posibilidad de desarrollar investigaciones, y recursos teóricos más útiles, para el estudio de los fenómenos que se desarrollan con la utilización de esta tecnología. Así, este metadiscurso ya no sólo busca explicarse a sí mismo sino, como una especie de Rey Midas, a todo lo que toca. (more…)